La movilización en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora fue de las más convocantes que recuerde Río Grande y tuvo poco de festejo y mucho de jornada de reclamos, ante los crecientes casos de femicidio que padecen las mujeres en todo el país, pero particularmente en Tierra del Fuego.

La comisaría primera de la Policía de Tierra del Fuego, la sede de la iglesia evangélica Hay Vida en Jesús y el edificio de la iglesia San Juan Bosco; la Dirección de Atención Temprana y, por último, la plaza Almirante Brown, fueron los puntos icónicos de una recorrida por las calles de la ciudad donde se gritó a viva voz el cumplimiento de los derechos postergados.

Marcharon adolescentes, niñas y mujeres adultas. Había alegría por el encuentro, pero preocupación por un presente que las agobia por la falta de respuestas. Lo hicieron de forma pacífica, portando carteles y pancartas con un mensaje diverso, pero con una consigna contundente: basta de violencia contra la mujer.

'Vengo todos los años, un poco me arrastró mi hija y sus amigas. Admiro el entusiasmo que ponen para marchar y reclamar por lo que consideran justo. Ojalá nosotras nos hubiésemos animado así', dijo al pasar María del Carmen, empleada municipal que se tomó el día en su trabajo y decidió acompañar a su hija Antonella y sus amigas de la escuela.

En otro extremo de la movilización, Brenda, estudiante y empleada de comercio, planteó una realidad diferente para quienes no se desempeñan en el ámbito estatal: 'Me costó muchísimo convencer a mi jefa para estar acá, pero lo logré. Quería manifestarme y acompañar a mis amigas porque esta lucha es de todas'.

Ya en la plaza Almirante Brown, las mujeres manifestantes denunciaron una vez más la falta de articulación entre los municipios y el gobierno de la provincia, a la hora de dar contención y respuestas a las mujeres que padecen violencia de género.

 Párrafo aparte mereció el Poder Judicial, quizá el poder del Estado más cuestionado durante la jornada. Hubo duras críticas por la recurrente inacción en causas de violencia de género, abusos sexuales y restricciones de acercamientos. Un grupo, incluso, se animó a pedir una reforma del Poder Judicial con perspectiva de género y feminista.

Por otro lado, se denunció durante la movilización que no se está dando cumplimento a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y que, para hacerla efectiva, las personas gestantes deben trasladarse a Ushuaia para interrumpir su embarazo, lo que supone un contratiempo inaceptable.

Prometieron regresar el año próximo. Esperan las mujeres con más certezas sobre sus derechos que dudas. Sin embargo, antes de marcharse, advirtieron que volverán a las calles cada vez que haga falta. Ojalá, de una vez por todas, no haga falta verlas marchar porque alguna de ellas ya no está viva.