El concejal de Ushuaia, Javier Branca, analizó la realidad del sector que encabeza y que le permitió ocupar una banca en el Parlamento capitalino, al tiempo que lanzó una dura crítica a quienes a través de los años desvirtuaron el verdadero propósito de las cooperativas de trabajo.
'Este mes cumplo diez años en una cooperativa de viviendas. Me sumé a la cooperativa por necesidad de tener una vivienda y mi casa es una casa de la cooperativa. El cooperativismo es una herramienta para poder colocarse socialmente cuando a uno lo margina el mercado y no hay posibilidad de ingresar al Estado', recordó.
Y amplió asegurando que 'quienes no pueden ingresar a las empresas convencionales de tipo capitalistas, encuentran en el cooperativismo una forma. En América Latina hoy el 50 % de la mano de obra asalariada vive del cuentapropismo, en el mejor de los casos nucleados en cooperativas y esto requiere de cierto grado de formalidad, de un seguro para accidentes, un monotributo que es un aporte para la jubilación, una obra social'.
'Debido a la crisis económica cada vez más gente se ha volcado a la economía informal, que hoy se denomina economía social y solidaria. El Estado nacional está realizando intentos de capacitaciones, hubo muchos anuncios y pocas concreciones para darle un marco de formalidad e incentivar la economía social y solidaria', aseveró.
En ese sentido, remarcó que 'hay momentos como éste en que desde el gobierno nacional impulsan nuevamente el cooperativismo porque se entiende que ni las empresas convencionales ni el Estado van a poder absorber la enorme cantidad de trabajadores que han quedado desocupados'.
'Lamentablemente aparecen los punteros políticos haciendo armado de cooperativas a último momento y tratando de copar el espacio que debía ser del cooperativismo, ligado a la solidaridad, a la cooperación; pero es copado por los punteros políticos y después les bajan los fondos a ellos', cuestionó.